Finalmente se descubrió una aplicación para las cáscaras de plátano más útil que como artículo para que en alguna comedia o serie animada infantil un personaje haga que otro las pise, se resbale y caiga al suelo. Porque según una investigación realizada en Brasil por un grupo de científicos del Instituto de Biociencias de Botucatu, de la Universidad Estadual Paulista, estas cáscaras hechas puré sirven para remover metales pesados del agua de río.
Esto es particularmente positivo porque es sabido que los afluentes suelen ser albergar estos contaminantes cuando reciben desechos industriales o agrícolas en su trayecto, generando importantes problemas de salud. Y como la mayoría de los mecanismos de limpieza y purificación son de alto costo, las cáscaras asoman como una excelente alternativa.
El estudio concluyó que las cáscaras de banana limpian el agua de metales como el plomo o el cobre de manera tan o más efectiva que las maneras actuales y que además el mismo tratamiento puede ser utilizado hasta 11 veces sin perder sus propiedades de limpieza.
Hasta acá, maravilloso. Pero resta saber qué se hace con los restos de cáscaras con altos índices de estos metales, porque por muy biodegradable que sea, no sería tan inteligente que liberen sus contaminantes de vuelta a la tierra.
Nunca está de más mencionar que el estudio apunta a la limpieza de agua a nivel industrial y no al doméstico, para que no se pongan a probarlo en casa.
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