Por: Laura Castellanos
Muchos pensaron que el tema electoral terminaba el 16 de mayo. ¡Craso error! Sin todavía contar con los resultados de las más de doscientas impugnaciones que se encuentran en la Cámara Contenciosa, ya nos encontramos nuevamente en el ruedo electoral.
El PRD, que aún parece turbado con el resultado de estas elecciones, ya discute la candidatura presidencial del 2012. Con el lanzamiento del ex presidente Mejía, las manifestaciones de aspiraciones se multiplican y no faltan las críticas de los que creen prematuras las discusiones de los presidenciables en torno a la candidatura. Sin embargo, a la situación del partido y a una necesaria recomposición nadie parece ponerle atención. Sobran las propuestas de diálogos y comisiones, pero brillan por su ausencia las iniciativas reales para ejecutarlas.
Al panorama político se le suma otra discusión. Los murmullos en torno a las posibilidades de reelección del presidente Fernández se han convertido en un ruidoso tumulto en algunos sectores del PLD. Claro que esto no sólo inquieta a perredeístas que ya dejan sentir sus denuncias de conspiración y de violación constitucional. Las ansiedades crecen entre los presidenciables peledeístas que mantienen en suspenso sus aspiraciones en espera de que el Presidente se pronuncie sobre su futuro político inmediato.
Las interpretaciones constitucionales ya abundan y los teóricos hacen sus mejores esfuerzos por presentar visiones originales de un texto constitucional al que le sobra claridad. Mientras tanto, el silencio del presidente Fernández se extenderá un buen tiempo, evitando alteraciones internas y postergando la inminente soledad del poder.
Finalmente, el otra vez mayoritario PRSC sigue preocupado por conseguir las limitadas cuotas de poder que casi caritativamente le cede el PLD: ya inició la carrera por algunos puestos directivos que el partido de Gobierno supuestamente concedería al PRSC y al PRD en nombre del equilibrio político.
Y con partidos políticos que salen de una elección para entrar a otra, los grandes problemas nacionales se conforman con escaramuzas de una oposición complaciente y con abundantes planes de promoción gubernamental. Mientras, reina sin competencia el gran tema de agenda política: las elecciones presidenciales del 2012.
Fuente: Listin Diario
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